IMPORTANCIA DE LA SALUD MENTAL EN LAS ORGANIZACIONES
La salud mental en el ámbito laboral ha trascendido de ser una preocupación secundaria a convertirse en un pilar fundamental para el bienestar individual, la productividad organizacional y el desarrollo social. En la actualidad, desde distintos ámbitos trabajamos para que las empresas sean reconocidas no solo como entornos de producción, sino también como espacios cruciales para fomentar el bienestar psicológico de las personas trabajadoras. Buscamos un necesario cambio de paradigma, que subraye la importancia ineludible de la salud mental desde múltiples perspectivas: para el trabajador, para la propia organización y para la sociedad en su conjunto.
La Salud Mental: Un Pilar para el Bienestar del Trabajador
Para el individuo, la salud mental es un componente integral de la salud y el bienestar general, que influye directamente en cómo las personas piensan, sienten y actúan. Las fronteras entre la salud física y mental son cada vez más difusas, por lo que un buen estado de salud permite a los trabajadores ser conscientes de sus propias capacidades, afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera, y contribuir significativamente a la productividad de su organización. Es el mecanismo que forja la toma de decisiones, construye las relaciones interpersonales y facilita la adaptación a los cambios.
Sin embargo, la realidad actual en España revela desafíos significativos:
- Casi el 75% de las personas creen que la salud mental de la población ha empeorado en los últimos años, y el 22,8% tiene experiencia propia con problemas de salud mental.
- Entre el 11% y el 27% de los problemas de salud mental en España se pueden atribuir a las condiciones de trabajo.
- Las personas con problemas de salud mental a menudo enfrentan estigmatización y discriminación, lo que puede llevar al aislamiento, la interrupción de la vida laboral o educativa, y dificultades para la plena integración social. De hecho, 8 de cada 10 personas con problemas de salud mental no tienen empleo (83,1%).
Un entorno laboral saludable, que previene y aborda los riesgos psicosociales, se traduce en trabajadores con mayor motivación, satisfacción laboral y estabilidad emocional. Factores como el reconocimiento del esfuerzo, un trabajo con propósito, la autonomía, una formación adecuada, recursos de apoyo accesibles y relaciones interpersonales de calidad son cruciales para mitigar el estrés y fomentar el bienestar general. La falta de un estado de ánimo sano puede poner en peligro al propio trabajador y a sus compañeros.
La Salud Mental: Una Inversión Estratégica para la Organización
El compromiso de las empresas con la salud mental de sus trabajadores no es solo una cuestión ética, sino una obligación legal y una prioridad estratégica. El marco legal español, incluyendo la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales y el Criterio Técnico 104/2021 de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, establecen la obligación de identificar y gestionar los riesgos psicosociales. Ignorar estos riesgos puede llevar a sanciones para las organizaciones que lo incumplan. Nuestro objetivo como técnicos de prevención preocupados por la salud de nuestros trabajadores en general, y por los riesgos psicosociales en particular, es convencer a la alta dirección de la empresa para que la salud mental debe ser vista como una inversión, ya que las organizaciones que implementan programas de bienestar psicosocial experimentan mejoras significativas y tangibles:
- Mayores niveles de productividad y rendimiento.
- Reducción del absentismo laboral y la rotación de personal. El estrés laboral, por sí solo, provoca casi el 30% de las bajas en España.
- Disminución del «presentismo», donde los empleados están físicamente en el trabajo pero con baja productividad debido a problemas de salud.
- Mejora del clima laboral, el trabajo en equipo y las habilidades comunicativas.
- Aumento del compromiso y la motivación de la plantilla.
- Mejora de la imagen y reputación corporativa, atrayendo a profesionales destacados y aumentando la competitividad.
- Reducción de la conflictividad laboral.
Un entorno psicosocial saludable se logra mediante una buena organización del trabajo y una cultura organizacional que promueva el apoyo y la seguridad psicológica, así como una claridad de funciones para que el trabajador no sufra conflicto de rol. La flexibilidad horaria, el teletrabajo y los días de libre disposición son ejemplos de medidas que favorecen la conciliación y la salud mental. La OIT y la OMS enfatizan que los factores psicosociales pueden impactar tanto positiva como negativamente, y su adecuada gestión es un indicador de la calidad y eficacia del sistema organizativo.
La Salud Mental: Un Bienestar Fundamental para la Sociedad
La salud mental es un pilar fundamental para el equilibrio y desarrollo de la sociedad en su conjunto. Su impacto trasciende el ámbito personal, influyendo en la capacidad de las personas para relacionarse, trabajar, aprender y contribuir activamente al desarrollo de nuestro país.
En España, desde una perspectiva de salud pública, es esencial que fomentemos la prevención, el autocuidado y la educación en salud mental. La situación actual refleja que el 18,9% de la población consume psicofármacos y el 26,2% acude a un especialista en salud mental. Los problemas de salud mental son una de las principales causas de incapacidad laboral y suponen un coste económico acumulado de decenas de miles de millones de euros.
La protección de la salud mental en el trabajo está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU (2015), específicamente el Objetivo Nº 3 (Salud y Bienestar) y el Objetivo Nº 8 (Trabajo Decente y Crecimiento Económico Inclusivo). Esto implica no solo proteger la salud mental, reduciendo factores de riesgo, sino también promoverla a través de medidas organizativas y de conciliación, y tratar los problemas de salud mental, independientemente de su origen.
En conclusión, la salud mental en las organizaciones no debemos considerarla como un gasto, sino una necesidad ineludible y una responsabilidad compartida. Un entorno laboral que prioriza el bienestar psicológico, beneficia directamente a los trabajadores, fortalece la eficiencia y competitividad de las empresas, y contribuye a una sociedad más saludable, equitativa y sostenible. Es imperativo que las organizaciones adapten sus estrategias a las necesidades reales de su plantilla, con un compromiso claro de la dirección y la participación activa de todos sus miembros.