Imagen de dos trabajadores para EL TRABAJO DECENTE

EL TRABAJO DECENTE

El mundo laboral actual aún enfrenta importantes desafíos que requieren una acción decidida y coordinada. En el caso de España, estos retos se manifiestan con especial intensidad en comparación con otras economías europeas de tamaño similar. Para avanzar hacia un modelo laboral más justo y sostenible, es fundamental abordar cuestiones como el absentismo laboral, el estancamiento de la productividad, la alta tasa de accidentes en el trabajo y el creciente nivel de estrés laboral, que afecta tanto a la salud física como mental de los trabajadores.

Aunque se han logrado avances significativos —como el aumento del salario mínimo y la reducción de la desigualdad salarial— persisten problemas estructurales. Muchos empleos siguen siendo temporales o inestables, lo que limita la seguridad económica de las personas. La desigualdad de género continúa siendo una realidad, y el desempleo juvenil sigue en niveles preocupantes, dificultando la incorporación de los jóvenes al mercado laboral en condiciones dignas.

Además, la economía informal sigue presente en sectores como la agricultura, el trabajo doméstico y ciertos servicios, lo que impide que muchos trabajadores accedan a derechos laborales básicos y a la protección social. Por otro lado, la conciliación entre la vida laboral y personal, aunque ha mejorado en algunos ámbitos, aún está lejos de ser una realidad generalizada.

Todos estos problemas deben ser analizados con rigor y profundidad para entender sus causas y encontrar soluciones efectivas. Sin embargo, más allá de las medidas específicas, existe una respuesta común y transversal a todos estos desafíos: el trabajo decente.

Este concepto fue introducido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1999, bajo la dirección de Juan Somavía, y desde entonces se ha convertido en el eje central de las políticas laborales internacionales. El trabajo decente está recogido en el Objetivo 8 de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, y representa las aspiraciones fundamentales de las personas en su vida laboral.

Según la OIT, el trabajo decente se basa en cuatro pilares esenciales:

  1. Creación de empleo.
  2. Derechos en el trabajo.
  3. Protección social.
  4. Diálogo social.

En el contexto español, avanzar hacia el trabajo decente implica mejorar la estabilidad en el empleo, garantizar la seguridad y salud laboral, fomentar las oportunidades de desarrollo profesional y formación continua, facilitar la incorporación de los jóvenes al mercado laboral y promover una conciliación real entre la vida laboral y familiar.

Desde esta perspectiva, se puede decir que la misión de Laboral Life se resume en una frase: promover el avance del trabajo decente. Su propuesta de pacto solidario consiste en ofrecer a los empleados condiciones laborales dignas a cambio de su implicación con la empresa y su contribución a la mejora de la productividad. La iniciativa de formar Agentes de Mejora está directamente relacionada con este objetivo: mejorar las condiciones laborales para que todos puedan acceder a un trabajo decente.

A pesar de los esfuerzos realizados, el trabajo decente sigue siendo un objetivo aspiracional. Un porcentaje significativo de la población continúa trabajando en condiciones precarias o informales. Pero aunque se trate de una meta por alcanzar, no es un lujo, sino una condición necesaria para garantizar la cohesión social y la sostenibilidad económica en el panorama actual.

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